Sábado 05-02-22 La muerte de 24 personas y decenas de intoxicados por consumir cocaína adulterada fue el detonante que provocó la reacción de la iglesia, políticos y sectores sociales.
Parecería que tuvo que ocurrir esta tragedia de varios muertos y decenas de intoxicados por consumir cocaína adulterada con fentanilo para sacar de su letargo a la sociedad en general , menos por supuesto a las autoridades del gobierno que siguen con su pasividad ante el crecimiento del consumo de drogas y poco esfuerzo hacen para combatirlo.
Por su parte la jerarquía de la iglesia católica nacional y provincial también se sumo a la ola de preocupados por el flagelo de la droga ante este trágico acontecimiento que la despertó de su tibieza, ya que se espera de ella un rol mas constante y activo en la lucha para combatir el grave problema del consumo de drogas.
Mientras que en el ámbito local la máxima autoridad provincial y municipal de nuestra ciudad, muy poco se involucran en este tremendo problema que afecta a toda la sociedad mas allá de algunas campañas de prevención pero sin poner el esfuerzo de atacar a fondo toda esta problemática de la droga.
Parecería, creen que esto se solucionará mágicamente, algo que muchos sectores de la población también coinciden, y así nos va, ya que asistimos impávidos al constante crecimiento del consumo, de adictos y como consecuencia al aumento de delitos de todo tipo.
Equivocadamente no se advierte que este es un problema de todos y que cada uno desde su lugar y responsabilidad debe aunar fuerzas para combatir este terrible flagelo de la droga que no respeta clase social ni situación económica y que lleva a la desesperanza a muchas familias, la muerte de personas y de la sociedad.
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